Miren eta Roberto Etxebarria es una banda de música folk tradicional vasca formada por el dúo compuesto por padre e hija, Miren Etxebarria y Roberto Etxebarria. Ambos nacieron en Gernika, un municipio conocido por su rica historia cultural y su arraigada tradición musical.

El dúo se formó a principios de la década de 2000, motivado por su amor compartido por la música y su deseo de preservar y promover la cultura vasca a través de la música tradicional. Miren, con formación en canto y varios instrumentos de cuerda, y Roberto, multiinstrumentista especializado en instrumentos tradicionales vascos como la txalaparta y el alboka, decidieron unir sus talentos para crear un proyecto musical que fusionara lo antiguo y lo contemporáneo.

El estilo de Miren eta Roberto Etxebarria se caracteriza por una fusión de música folk tradicional vasca con elementos modernos. Su repertorio incluye canciones populares vascas, adaptaciones de antiguas melodías y composiciones originales. Utilizan una amplia variedad de  instrumentos tradicionales, como la trikitixa (acordeón diatónico), la panderoa (pandereta) y la txistu (flauta de tres agujeros), complementados con instrumentos modernos.

Desde su formación, Miren eta Roberto Etxebarria ha lanzado varios álbumes que han sido bien recibidos tanto por el público como por la crítica. Algunos de sus discos más destacados incluyen:

“Gernikako Melodiak” (2005): Un homenaje a su ciudad natal con arreglos de canciones tradicionales.

“Bide Berriak” (2010): Un álbum que mezcla melodías tradicionales con composiciones nuevas.

“Euskal Sustraiak” (2015): Un disco centrado en la exploración de las raíces musicales vascas.

El dúo ha realizado numerosas giras por el País Vasco y otras partes de España, así como presentaciones en festivales de música folk en Europa. Su capacidad para conectar con el público a través de interpretaciones emotivas y apasionadas ha consolidado su reputación como uno de los actos más auténticos y queridos del género folk vasco.

Miren eta Roberto Etxebarria no solo ha contribuido a la preservación de la música tradicional vasca, sino que también ha influido en una nueva generación de músicos que buscan mantener viva esta rica herencia cultural. Su dedicación a la enseñanza y difusión de la música vasca, a través de talleres y colaboraciones con escuelas de música, ha dejado una huella duradera en la comunidad.

El legado de Miren eta Roberto Etxebarria se extiende más allá de sus grabaciones y actuaciones; es un testimonio de la vitalidad y la resiliencia de la cultura vasca y un recordatorio del poder de la música para unir a las personas y preservar la identidad cultural.

Paolo Angeli es un guitarrista y compositor referente de la música tradicional de Cerdeña, además de ser etnomusicólogo y luthier-constructor de instrumentos. Un ejemplo de su versante más luthier es que ha confeccionado su propia “guitarra sarda preparada” de 18 cuerdas, híbrido entre guitarra, violonchelo y batería, dotado de martillos y pedales.

Lo llaman el hechicero sardo, ya que crea una hermosa música de múltiples capas con su singular guitarra: una orquesta híbrida de un instrumento con cuerdas que van en todas direcciones, hélices motorizadas controladas por pedal y martillos para crear drones y bajos relucientes, mientras hace arcos, golpea, puntea y rasguea mientras produce atmósferas rítmicas al pisar una bolsa de plástico y ajustar las afinaciones sobre la marcha. 

Con su instrumento único improvisa y compone música inclasificable, suspendida entre la música tradicional de Cerdeña, el free jazz, el flamenco, las sugerencias árabes, el post-folk y el pre-todo, y regresa a Cerdeña con su voz en los surcos de la tradición.

Paolo Angeli ha colaborado con Pat Metheny (utiliza la guitarra de Angeli en Orchestrion), Fred Frith, Hamid Drake, Iva Bittova, Butch Morris, Ned Rothberg, Jon Rose, Antonello Salis, Evan Parker, Takumi Fukushima, Derek Gripper, Louis Sclavis, Paolo Fresu. etc. 

Nacido en 1970, creció en Palau (Cerdeña), frente a 12 Islas y en contacto con un ambiente musical sumamente estimulante. Comenzó a tocar la guitarra a los 9 años. La guitarra y la voz de su padre, su primer mentor, las bandas de rock del pueblo y las experiencias con conciertos en las plazas y veladas de carnaval, todo lo encaminó hacia una navegación sin estilística. Barreras en el mundo de la música. 

En 1989 se trasladó a Bolonia y comenzó a tocar con LM I y diferentes formaciones de música contemporánea, practicando la composición e improvisación colectiva, desbloqueando fronteras entre géneros musicales y tocando en los principales festivales europeos de música innovadora. En 1993 conoció a Giovanni Scanu, el legendario guitarrista de Cerdeña (fallecido a la edad de 95 años), de quien aprendió las formas y los módulos del canto a chitarra gallurese e logudorese. De este encuentro combativo entre vanguardia y tradición popular surgió su guitarra preparada sarda: un instrumento de orquesta de 18 cuerdas, híbrido entre guitarra, barítono, violonchelo y batería, dotado de mazos, pedales y algunas hélices de velocidad variable. 

Desde 1997 con su guitarra modificada da conciertos por todo el mundo en los festivales y teatros más importantes de Europa, Japón, Australia, Estados Unidos, Canadá, Rusia, Sudamérica, África y ha grabado más de 50 álbumes. 

Actualmente Paolo vive entre Cerdeña y Barcelona, siempre frente al mar. Paolo Angeli, licenciado en Etnomusicología, digitalizó el Archivio Mario Cervo, la colección más importante de discos y música tradicional sarda. Como investigador ha publicado Canto in Re, un volumen de análisis histórico del Canto a Chitarra (ISRE 2005). Junto con Nanni Angeli, es el director artístico de Isole che parlano, un festival artístico internacional suspendido entre la innovación y la tradición que se celebra en Palau desde 1996.

La música de Tarwa N-Tiniri tiene sus raíces en los sonidos amazigh tradicionales, que se mezclan y entrelazan con otros sonidos más modernos, como el jazz, el reggae y, sobre todo, con el inconfundible blues del desierto. Sus canciones expresan las condiciones sociales de los pueblos nómadas de su región, al sur de Marruecos, con un aire fresco lleno de energía y creatividad, pero también hablan del amor, la amistad y la paz.

En 2012, comenzó su viaje extraordinario en el corazón de Marruecos, en la encantadora ciudad de Ouarzazate en la región sureste, cuando cinco amigos de la infancia, músicos autodidactas, se unieron para formar una banda que se convertiría en una fuerza musical que representaría el alma del pueblo amazigh y los vastos y escarpados paisajes del desierto. Esta odisea musical, conocida como Tarwa N-Tiniri (“hijos del desierto” en bereber), es un vibrante tapiz de cultura, tradición y expresión sincera.

El nombre “Tarwa” tiene un profundo significado y se traduce como “generación” en el idioma amazigh. “N-Tiniri” es un guiño al desierto, una vasta e impresionante extensión que ha dado forma a las vidas y las historias de innumerables generaciones. Resume la misión de la banda, expresada en sus propias palabras: “Somos una generación que tiene la responsabilidad de perpetuar la cultura y la dignidad de los pueblos del desierto”.

Lo que realmente distingue a Tarwa N-Tiniri es su capacidad para combinar a la perfección diversas influencias musicales en un sonido único y cautivador. Su música es una fusión de melodías tradicionales amazigh y norteafricanas entrelazadas con ritmos de blues, jazz, reggae, rock y gnaoua. A través de sus canciones, la banda aborda una amplia gama de cuestiones sociales y culturales, ofreciendo un vistazo a la vida cotidiana del pueblo amazigh y los desafíos que enfrentan las comunidades nómadas en el desierto y las regiones montañosas. Sus temas líricos también ahondan en los ámbitos del amor, la amistad y el deseo universal de paz.

En su búsqueda por compartir su mensaje y su música con el mundo, Tarwa N-Tiniri se ha convertido en una sensación mundial. Sus actuaciones han resonado en audiencias de diferentes rincones del mundo, atrayendo a los fascinantes sonidos de la cultura amazigh y las encantadoras narrativas del desierto.

Su música no es sólo una experiencia auditiva; es un puente que conecta los corazones y las mentes de las personas, fomentando la comprensión y el aprecio por la cultura amazigh y las historias grabadas en las arenas de Marruecos.

A través de su música, Tarwa N-Tiniri te invita a embarcarte en un viaje de descubrimiento y reflexión, donde el desierto se encuentra con el mundo y las generaciones se unen en armonía. No son sólo una banda; son los narradores del desierto, que tejen historias de resiliencia, amor y el espíritu perdurable del pueblo amazigh. Tarwa N-Tiniri: donde la música y la cultura convergen para crear un viaje inolvidable.

Eduardo Paz es considerado el más emblemático cantautor vivo de Aragón e históricamente uno de los más reconocidos. Ha pasado por el grupo La Bullonera, por la ópera y el recital de canto clásico, además de inclinarse por la música occidental de inspiración judía. En su último álbum “Recordando a los Cantautores”, se rodea de músicos pertenecientes a formaciones emblemáticas del folk aragonés como Olga y los Ministriles, Zicután o los Dulzaineros del Bajo Aragón.

Nos ofrecerán el repertorio más sugerente de José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell y del que fuera su grupo “La Bullonera”. Sobre el escenario interpretarán canciones que ya se han convertido en himnos: ”La Albada Guerrera”, “Severino el Sordo”, “La Peseta”, “el Olivo”, ”La bolsa o la vida”, “Los de Huesca y de Teruel”, “El Himno a la Libertad”…  canciones que significan mucho para  Aragón y que seguro  reúnen a varias generaciones en una misma voz. En el escenario también  se pone en valor la herencia cultural de la tradición musical aragonesa con instrumentos tan representativos como la dulzaina, la gaita de boto, el chiflo y el chicotén, los tambores y percusiones del bajo Aragón, junto a otros instrumentos más modernos como la flauta travesera, el bajo eléctrico y la batería.

La propuesta de este proyecto surgió del mismo Eduardo Paz con la misión de realizar un resumen de su trayectoria y un homenaje a José Antonio Labordeta y Joaquín Carbonell, sus compañeros de viaje durante tantos años. Un emocionante recital con referentes y atemporales canciones cantadas  y con una exquisita selección de piezas musicales, que estaremos encantados de escuchar y cantar en El Pobo.